Regulares.
Son aquellos cuya raíz no cambia al ser conjugado. Ejemplo: El verbo en cualquier conjugación conserva su raíz, sin modificación. Corro - Correrán - Corrieron.

Irregulares.
Son aquellos que al conjugarse, sufren cambios en la raíz, en la terminación o en los dos casos. Ejemplo: El verbo sentir modifica su raíz en algunas conjugaciones, Sentimos - Siente - Sintió.

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